El plan de la semana en Madrid

FELIZ VUELTA AL COLE A TODOS!!


DENTRO DE POCOS DÍAS TENDREIS DISPONIBLES NUEVOS PLANES PARA QUE ESTE OTOÑO DISFRUTEIS LA CIUDAD MÁS QUE NUNCA.


BESITOS


domingo, 3 de abril de 2011

Las prisas, malas consejeras

Madrid, Nueva York, Londres o París son ciudades que nunca duermen. A cualquier hora del día se puede salir a cenar, hacer la compra o disfrutar de un rato de ocio. Esta oferta de servicios 24 horas representa la forma en que los empresarios y sus empleados tratan de adaptarse a los horarios de unos ciudadanos cuya jornada laboral es cada vez más larga.


Estas jornadas maratonianas tienen como resultado el ritmo frenético al que vivimos muchos de nosotros. Nuestra semana laboral empieza el lunes a las 8 o 9 de la mañana y termina el viernes a las 15 (en el mejor de los casos). En este intervalo nuestra dedicación, tanto al trabajo como a los asuntos personales, también es 24 horas.


En mi sector, muchas de las personas empiezan a trabajar el lunes a las 9. Pasan las mañanas delante del ordenador o en reuniones, con un café de máquina, en vaso de plástico, el cual normalmente sabe a rayos, pero al que te acabas acostumbrando, y en algunas ocasiones con delicias hipocalóricas sacadas de una máquina de vending.


La hora de la comida, lejos de ser relajante, representa el pico del estrés diario. En un período de una hora o hora y media, hay que ir al gimnasio, llevar el abrigo al tinte, hacer la compra e ir a cambiar de talla un pantalón. Esta última es la mejor parte, Zara, Mango, H&M son como avisperos en los que montones de mujeres histéricas con la blackberry en la mano y tacones de vértigo corren sin rumbo de un lado a otro de la tienda cogiendo prendas al tuntún sin siquiera probárselas.


De vuelta a la oficina tachas en la lista de “to do” todo lo que te ha dado tiempo a hacer y te sientes muy realizado! ¡Prueba superada! Empiezas la tarde con el ego subido por lo eficiente que eres, pero por algún motivo extraño las horas se esfuman y de repente son las 7 de la tarde y te quedan cerca de 100.000 cosas que hacer, por lo que de nuevo toca poner el modo “correcaminos” para avanzar todo lo más posible hasta por lo menos las 9 de la noche. Sin embargo, hay que tener cuidado porque las prisas son malas consejeras y prueba de ello son los mails que todos hemos mandado al destinatario equivocado porque el Outlook decide jugarte una mala pasada y cambiarte la dirección de Gómez, Pepito por Gómez, Fulanito.


Hasta aquí todo, aunque estresante, no es excesivamente peligroso. Sin embargo la línea del peligro es muy delgada y fácil de traspasar y, a veces, sin darte cuenta las prisas se meten tan dentro de ti que vas a un restaurante y no soportas que tarden más de 5 minutos en atenderte o, andas por la calle a tal velocidad que parece que se te van a salir las piernas de su sitio! Tan rápido andaba yo el sábado pasado que acabé con las rodillas clavadas en el suelo de mármol pulido del Corte Inglés. Sin comentarios…


En fin, queridos cosmopolitas, que estamos cerca de Semana Santa así que os animo a todos a respirar hondo, bajar un poco el ritmo y poner el “pause” para disfrutar de la vida!


xoxoxo

4 comentarios:

  1. Poco falta para la semana santa, asi que hay que ir preparando el ritmo "procesion", mas lento, mas pausado. Pero antes de semana santa, otro descansito el fin de semana que viene, eh? :)

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  2. hola, me ha encantado tu post, no puedo escribir más porque voy a mil y no tengo tiempo para nada jajajajaja ;-D
    Besos

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  3. "Perded una hora por la mañana y estaréis buscándola todo el día."
    Arz. Whateley

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  4. yo suelo ir al mercado de Charmartín a comprarme unos bizcochos buenísimos que hacen y unos mantecados de azúcar de los de toda la vida mmmmm, qué ricos...
    me gusta el ambientillo del mercado pero reconozco que no sé comprar así, una pena haberme acostumbrado a las grandes superficies...
    me lo pondré como reto para este año ;-D

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